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jueves, 20 de enero de 2011

La matanza a tiros de caballos regresa a montes de Cotobade . PONTEVEDRA


Dos vecinos de Cotobade, Francisco Cuiñas y Clemente García, denunciaron ayer ante la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra la muerte a tiros de cuatro caballos de su propiedad. Las primeras dos yeguas fueron localizadas, ya sin vida, al lado de una carretera local del lugar de O Cádavo, en la parroquia de Santa María de Sacos, el martes por la tarde. Estaban separadas unos quince metros.
Ayer, ya con más luz, más tiempo y acompañados por miembros de la Asociación Cabalar Monte Castelo, peinaron el monte de Carballedo en busca de más animales. No tardaron mucho en encontrar otra yegua blanca, de la que no se separaba un potro. «Ya estaba muerta y tenía un tiro detrás de la pata delantera», comentó Marcos Pichel, miembro del colectivo que cada mes de agosto organiza la rapa das bestas de Cuspedriños, en la parroquia de San Xurxo de Sacos. «A imaxe era bastante dura, xa que a cría, duns quince días, non se separaba da nai e quería mamar dela, así que tentamos sacala de alí», apuntó Francisco Cuiñas. Después apareció otra yegua.
El recuento de ayer, que puede no ser definitivo, se cerró con cuatro caballos muertos, dos malheridos y uno que permanece desaparecido. Este hallazgo se suma al registrado hace apenas dos meses. Entonces fueron unos veinticinco equinos los que encontraron la muerte a tiros. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil abrió una investigación para intentar dar con los autores de esta acción. Desde entonces nada se supo.
Tanto la asociación como los propietarios calificaron lo ocurrido de «salvajada» y aseguraron que van a denunciar cualquier ataque para que se sepa y no quede impune. «Si alguien sabe algo o vio algo le pedimos que lo cuente porque los caballos están llenos de agujeros y suponemos que de un arma de fuego de calibre pequeño», subrayó Marcos Pichel. Agentes del Seprona que ayer estuvieron en la zona les pidieron que apartaran los cadáveres de la carretera, a la espera de que hoy sean retirados por el seguro de uno de los propietarios.
Francisco Cuiñas quiso dejar claro que estos caballos no causaron destrozos en propiedades particulares: «Están nunha zona de monte altísima e pechada e nunca causaron danos».
Pese a la falta de avances conocidos en la investigación del Seprona, estos vecinos admiten que desconfían de algunas personas: «No podemos decir nada porque no tenemos pruebas, pero no es obra de cazadores». Descartada esta posibilidad, cobra fuerza la hipótesis de rencillas o venganzas vecinales


fuente : http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2011/01/20/0003_201101G20P12991.htm

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